No tengo recetas, tengo preguntas - Liderar (nos) en escenario de Aislamiento por Covid19


En Argentina, estamos a 60 días del Aislamiento preventivo obligatorio y desde ese primer día hasta hoy mucho tuvimos que hacer para poder dar respuesta a algo que nos irrumpe, nos declara ignorantes y no estaba en ningún plan de acción 2020.

En general, a todo lo que trae la incertidumbre se le responde de manera reactiva.   Damos respuestas rápidas que buscan mantenernos funcionando. Tomamos decisiones rápidas y salimos adelante. Y eso está muy bien, tenemos que y elegimos seguir.  

A ese comportamiento inicial, le suceden emociones variadas como descreimiento, cansancio, temor, positividad extrema.  Los que trabajamos en Psicología y Cambio sabemos que todo eso es válido.   Sentir el temor a no salir y no encontrar respuesta para evitarlo sumándole a eso  las preocupaciones por la seguridad económica y el sostén básico de lo cotidiano.

Es decir, al pensamiento mágico inicial de “esto va a pasar rápido pongamos el hombro” le sigue el “no se termina mas”.

Claramente no es ni una cosa ni la otra, no pasará rápido ni no se terminará mas. 

Lo que sí podemos decir que “se nos están quemando los papeles”. Y son días en los que no sabemos si repetir lo que vinimos haciendo o buscar nuevas formas.  Como si pudiéramos elegir entre las dos alternativas.

Entonces, ¿por dónde podemos transitar?.  Claramente no hay recetas porque todos los modelos de cambios parecen incompletos pero te invito a responderte:

1, ¿Qué hicimos bien hasta ahora?  ¿Eso mismo que hicimos bien hasta hoy es necesario seguir haciéndolo?

Si la respuesta es “si” adelante.  No podemos innovar en todo menos cuando todas las variables del futuro no dependen de nosotros y por lo tanto el mapa directo para llegar a la salida no existe.

Si la respuesta es “no”, es decir que las recetas que usamos en los últimos dos meses fueron buenas hasta acá pero no para seguir tenemos que “darlas de baja” y repensar, buscar nuevas formas.  

Recordemos que en general las primeras respuestas en escenarios de crisis salen del mismo repertorio de conductas que teníamos hasta ese momento.   Y hoy ya tenemos dos meses de experiencia en crisis por lo que podemos empezar a ver qué aprendimos.

2. ¿Qué no hicimos bien hasta ahora? ¿De qué nos dimos cuenta, este contexto, que no vale la pena?

Sabemos que hicimos lo que pudimos para resolver y actuar.  Sabemos que eso está bien. Pero, ¿con qué elegimos seguir?.   Es momento de dejar de hacer lo que no nos sirvió, lo que nos trajo o trae mas preocupación, más desorden, más dolor.

 

3. ¿Qué no hicimos hasta ahora y vale la pena empezar a pensar?

Qué prácticas te sugirieron y crees que sería bueno experiementar, con quién/nes no conversaste y crees que es momento, qué ideas surgieron pero no le diste vida aún.

 

“Re-empecemos a pensar” que es empezar a hacer pero sin riesgos.   A veces no paramos a pensar porque en nuestras mentes orientadas a la acción implica encontrar “la solución” e implementarla y la invitación es a pensar para no encontrar “la solución” sino para encontrarnos con nuestras nuevas ideas.

   Empezar a pensar es aprender de lo que hicimos, prepararnos, anticiparnos.  Es tomar todas esas conversaciones, sugerencias, buenas prácticas y “meterlas para adentro”.   Empezar a pensar en compartir experiencias con quienes formamos parte de la organización, del propio equipo, de nuestra propia familia.  Es escucharnos en lo íntimo de modo de  trabajar para convertir nuestras preocupaciones en problemas abordables.  En contextos como estos lo único que está en nuestras manos son nuestros problemas abordables y su búsqueda cotidiana de soluciones.  Si vamos bien, en ese día a día, cuando nos demos cuenta ese futuro ya estará ahí y lo habremos construido.

  

Comentarios

  1. excelente reflexión. me invita a pararme y mirar lo recorrido en estos meses de desafío. creo en que es importante mirar lo que pudimos aprender y construir en este tiempo. Creo que también este tiempo ( de aparente impasse de la realidad- o de la ficción de realidad situada temporalmente ante de la pandemia)] necesita este tiempo de revisión, de restablecer prioridades, de reordenar la vida y volver a trabajar sobre nuestros propósitos vitales más esenciales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, espero sigas teniendo buenos aprendizajes en este contexto tan provocador y desafiante de nuestra cotidianidad.

      Eliminar
  2. Muchas gracias Andrea por estas palabras tan cargadas de sentido en este momento! Hermosa invitación a poder frenar un poco en este tiempo, revisar lo que venimos haciendo y seguir desarrollándonos como personas.

    ResponderEliminar
  3. Bueno, es bueno parar a pensar, cuanto sea necesario. Gracias por tus palabras en estos tiempos hace bien leer y escuchar posturas de otros con los que compartimos escenarios, incluso a veces sin percatarnos.
    Es sin duda un tiempo muy raro que nos toca vivir y hacemos con esto como siempre, lo que podemos según posibilidades. Y aprendemos a ampliar horizontes. Me resistí incansablemente a dar cursadas virtuales hasta que la realidad me despertó y me empujó de alguna manera a lanzarme a aprender a vérmelas con esto. Y cuántas herramientas estaban allí a la espera de una pandemia!!
    "El día que la humanidad paró", ese nombre le pondría a este tiempo, no sin algunas lágrimas y una esperanza de que algún día nos demos cuenta que no estamos solos,
    saludos,
    Sandra Sarbia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sandra... me encantó tu comentario "cuántas herramientas estaban allí a la espera de una pandemia". Coincido plenamente con vos, ojalá todos estemos aprendiendo algo. Adueñarnos de este tiempo, que es nuestro, es un claro desafío. Un tiempo que se instaló en presente y por momentos algo lento tiene que servirnos, tiene que haber valido la pena. Claramente no estamos solos... gracias por sumarte a esta conversación generativa una de las muchas que podremos tener.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

NO TENGO SUERTE (elijo)

EL FIN DEL LIDERAZGO