Identidad, Branding y Networking. El relacionamiento como clave. Parte 2

La definición habitual de networking es la capacidad de generar relaciones laborales.

En la primera parte de este artículo, puse foco en la importancia de trabajar en la definición de nuestra Identidad laboral, profesional o de nuestros proyectos.  En esta parte, voy a poner foco, dentro del mundo del relacionamiento, a la capacidad de contar, de hablar acerca de nuestros proyectos, de nuestro trabajo de modo tal de dejarle a los demás una imagen clara de quiénes somos y qué hacemos.

Y aquí viene una primera distinción: tener una gran red de contactos no siempre es networking.  El networking tiene vida cuando empiezo a contar. El networking es ida y vuelta, es sistémico, es intercambio.

Nada parece muy difícil hasta que nos ganan los prejuicios y los mitos limitantes de nuestro actuar.

Comparto un listado de los mitos más frecuentes  que comparten conmigo en talleres de Branding y Networking:

·         Si sos extrovertido generás mejor networking.
·         El networking no es necesario, si hacés bien tu trabajo eso se ve (o deberían verlo).
·         Es “vender humo”.
·         Hablar de lo que uno hace es molestar.
·         Pareciera que estás queriendo sobresalir.

¿Qué pensás al respecto?  ¿Qué encontrás en común? ¿Dónde solemos poner la mirada a la hora de pensar en networking? Por lo que parece, el foco de la crítica y de la limitación del Networking parecen no estar en la creencia de que no es necesario, tampoco en el cuestionamiento de no saber cómo hacerlo. 
El foco de la crítica y la limitación está en uno mismo, en las propias capacidades o perfiles, en las propias creencias y juicios.

Ahora… ¿a quién le incomoda en el trabajo, en el club, en la facultad, en la puerta del colegio, a los vecinos hablar de sus hijos, de sus viajes, de sus hobbies?
¿Por qué hablar de esos temas es tan natural y espontáneo? ¿Por qué no me da vergüenza ni me parece molesto?
Hablar de nuestro trabajo es hablar de quiénes somos, de lo que hacemos, de lo que disfrutamos, de lo que pensamos o proyectamos.  Hablar de nuestro trabajo es hablar de una parte más de nosotros.

Si hablar de lo que hacemos es hablar de nosotros revisemos algunos de los mitos:

·         Si sos extrovertido generás mejor networking: las personas introvertidas tienen dos características fundamentales para generar el relacionamiento: la capacidad de ser concisos y la capacidad de empatizar por lo tanto pueden ser puntales y precisos a la vez que pueden detectar rápidamente si el otro está en condiciones de escucharlos.

·         El networking no es necesario, si hacés bien tu trabajo eso se ve: la atención es un bien escaso y la información es mucha., entonces… por qué el otro tiene que estar atento a mí?


·         Es “vender humo”: si soy consistente y bueno en lo que hago no hay “humo ni mentiras” hay solidez y cosas interesantes que decir.

·         Hablar de lo que uno hace es molestar: sólo molestamos si no somos empáticos con nuestro interlocutor y si no estamos atentos al contexto en el que se da la conversación…si sos capaz de detectar estos dos cosas no hay molestia alguna.


·         Pareciera que están queriendo sobresalir: ¿sobresalir respecto de quién? ¿por qué hacer networking es competir? Si tengo una buena historia que contar y una oferta solvente… hablo de mí y también soy capaz de escuchar al otro hablar de él. 

¿Tenés algún otro mito? Compartilo y lo revisamos juntos.


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