Reflexiones para Iniciar el año...

Hoy es 7 de enero, recién comenzado el año y yo sin escribir nada respecto del cierre del 2011.  Como corresponde a quienes nos dedicamos a facilitar el cambio me digo que no puedo no escribir sobre el cierre de un ciclo.  Sin embargo me doy cuenta que pude.

A pesar de eso, con sólo siete días de vencido el año siento que todavía estoy en fecha.   Y me doy cuenta de lo que tengo que escribir es acerca de la autoexigencia y la autocrítica.  La autoexigencia y la autocrítica que me llevan a conectar más rápido con lo que no hice, con lo que es perfectible, con no lo alcanzado.  Una gran cantidad de tirones para atrás que me dicen… si no tenés nada importante que escribir no escribas nada.

Algo que tenía claro a fines de diciembre es que no quería escribir acerca de “mis objetivos 2012”, no quiero escribir sobre el futuro (o mi diseño de él).  No es que no tenga planes pero tenía ganas de escribir sobre lo hecho, lo logrado.  No responder a la típica pregunta de programa de radio: ¿cuánto de lo que te habías propuesto a principio de año hiciste?... a lo que la gente suele responder… y, me propuse iniciar un deporte, empezar a estudiar algo… pero al final no hice nada

Por eso se me vinieron a la mente una gran cantidad de cosas que SI hice y sin proponérmelo o sin anticiparme demasiado.  Está claro que uno encuentra lo que está buscando y eso implica algo de previsión pero creo que el secreto está ahí, en salir a buscar, disfrutar de la búsqueda y andar atento pero liviano (es decir, no presionado por la lista de cosas que nos fijamos a principio de año… porque además, me di cuenta que la mayoría de las cosas que nos proponemos a principio de año no son ni más ni menos que cosas inalcanzables, ya sea porque las pasamos de un año a otro en la lista y no lo cumplimos… yo diría que esas hay que tacharlas definitivamente porque no nos interesan ni nos van a interesar o son cosas tan ambiciosas que nacen con la energía del año nuevo pero no se pueden sostener una vez terminado el primer trimestre del año… por lo tanto también hay que tacharlas definitivamente de la lista.

Entonces… ¿Qué ponemos en la lista?... ¿Hacemos lista?

Mi trabajo como psicóloga y consultora dirían que no hay que hacer lista sino más bien una revisión.  Una revisión de lo que hicimos, de lo que disfrutamos, de lo que aprendimos, en síntesis una revisión de aquello que nos trajo al presente.

Y ahí volvemos a la autoexigencia (porque no me olvidé del tema) y corremos el riesto de pararnos en las cosas que no consideramos bien hechas, o faltaron… y si bien es cierto que hay que aprender de los errores más hay que aprender de los aciertos.  Los aciertos nos valorizan, aumentan nuestro poder personal, son materia prima para seguir creciendo.

Así instalo la pregunta… ¿De qué disfrutaste este 2011? ¿Qué hiciste bien? ¿A quién tendrías que agradecerle algo? ¿Qué repetirías? Si pudieras ponerle un slogan al año pasado, ¿Cuál sería?

En lo personal fue un año de muchos cambios:

Disfruté de muchas cosas por suerte, de Espacio Abierto, de los Talleres con Títeres, de mis primeros pasos con los oleos, de mi pareja y mi hija, de los días de PDL con la gente de VW, de cocinar, de viajar menos.

Creo que hice bien, tomar decisiones que implicaron asumir riesgos profesionales y laborales.  Respetar el mayor tiempo libre que necesitaba. Escucharme, validar mis necesidades y actuar en consecuencia. Acomodarme a días rutinarios. Descubrir mis ganas de incorporar nuevos hobbies y hacerlo.

Quiero agradecer a quiénes me acompañaron, mi pareja, mi hija, mis amigos, algunas personas claves que confiaron en mí como profesional.  Agradecer de quiénes aprendí… y les aseguro que fueron muchos… en los distintos talleres que facilité este año pasaron algo más de 500 personas y de muchas aprendí algo, es más algunas de ellas fueron inspiración de otros artículos de este blog.

Repetiría el mix entre agenda rutinaria y agenda libre.  Repetiría decir NO como consecuencia de haberme conectado con mis necesidades y ganas reales.

¿El slogan?  “El alivio de decir NO”