“Lo perfecto es lo enemigo de lo posible” (o Acerca de lo posible)
Como
buena ladrona de frases, debo la de este título a Gabriel Paradiso, colega y
gran facilitador.
Y así,
en un Programa de Capacitación de Líderes que estoy coordinando escucho que me
dicen: “Andrea es muy bueno lo que decís, pero acá es otra cosa…” (en relación
a su lugar de trabajo), a lo que interpreto que el ideal existe pero en otro
lado. Y más tarde escucho: “Las normas están escritas, hay que cumplirlas y
lisfo…” (también en relación a su lugar de trabajo), a lo que interpreto que
hay un mundo que en algún momento se definió como ideal y que sólo queda actuar
en consecuencia.
Así,
que en esas ideas y vueltas comienzo a pensar que Lo Perfecto es algo que hasta
puede describirse en Manuales pero que la vida es otra cosa… Y gran parte de la vida estamos buscando
cumplir con algo (descripto como ideal o perfecto) que nos termina limitando más que facilitando. Porque, al no alcanzarlo, entramos en circuitos de frustración,
de enojos y broncas que contaminan nuestra escucha, nuestra capacidad de
análisis y por lo tanto nuestra posibilidad de acción.
En
síntesis, solemos perder nuestro Poder Personal.
Y así
viene a mi cabeza otra frase que, algún momento me dijo Flora (una sabia
terapeuta que supe tener): “Los lugares no se piden, se ocupan”.
Ahora,
¿cómo hacerlo? ¿cómo ocupar un lugar que, incluso, muchas veces ya es nuestro
al menos por definición (Ej. Soy el Supervisor de Calidad)? ¿cómo ser
perseverante y focalizar nuestra energía cuando las emociones que nos habitan
con tan tóxicas?
Está
claro que es difícil, tanto como querer solucionar las cosas pensando de la
misma manera con las que generamos los problemas. Entonces, como siempre, el
cambio empieza por uno.
¿Qué
hacer entonces? Digo, más allá de estas reflexiones que comparto… Y pienso, ¿si
intentamos ampliar nuestro modo de ver aquello que vivimos? Por ejemplo:
-
Y si me permito preguntarme frente a un hecho: ¿Qué
pasaría si…? (hiciera algo habitual de otra manera)
-
Si me permito verme a mi mismo como si fuera el
protagonista de una película y me pregunto: ¿Qué le diría a ese protagonista?
-
Si habilito la posibilidad de pensar ¿De qué otra
manera podría haber actuado? (YO, no el Otro)
(curiosamente
empecé escribir este texto ayer, y lo termino hoy cuando acabo de cortar al
teléfono con mi pareja y me doy cuenta cuánto ayuda también conversar con
alguien que piensa en mucho muy distinto a uno.
De hecho, de la diversidad nace la posibilidad… que lejos está de lo
perfecto… claro!)
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